martes, 4 de noviembre de 2014

Carros de combate

Las condiciones de lucha en el frente occidental incitaron al ejército británico a comenzar la investigación de un vehículo autopropulsado que pudiera cruzar trincheras, derribar alambradas y fuera impenetrable al fuego de las ametralladoras. Tras haber visto el Rolls Royce blindado utilizado por la Royal Naval Air Service en 1914, y conocedor de los esquemas para crear un vehículo de combate con tracción de orugas, el Primer Lord del Almirantazgo Winston Churchill patrocinó un comité, el Landships Committee, para supervisar el desarrollo de esta nueva arma.


Tanque Mark 1 del Reino Unido


Bajo la dirección del coronel Ernest Swinton, el Landships Committee creó el primer prototipo con éxito, apodado Little Willie, que fue probado por el ejército británico el 6 de septiembre de 1915. Aunque inicialmente se los denominaba buques de tierra (landship), los primeros vehículos fueron llamados coloquialmente transportes de agua y más tarde tanques, para mantenerlos en secreto. La palabra tanque se empleó para dar la impresión a los trabajadores de que estaban construyendo contenedores de agua móviles para el ejército inglés en Mesopotamia, y tomó carácter oficial el 24 de diciembre de 1915.

El primer caso de carro operativo aconteció cuando el capitán H. W. Mortimore, de la Royal Navy, llevó un Mark I al combate durante la Batalla del Somme, el 15 de septiembre de 1916. Los franceses desarrollaron el Schneider CA1 y se utilizó por primera vez el 16 de abril de 1917 que, después de los malos resultados demostrados, fue sustituido paulatinamente por el Renault FT-17. Este último instituyó el que sería el formato estándar de un tanque: una base blindada con tracción de orugas y una torreta giratoria que lleva instalado el armamento principal.2 La primera vez que se emplearon tanques masivamente durante un combate fue en la Batalla de Cambrai, el 20 de noviembre de 1917.
Tanque Schneider CA1 francés

El carro de combate dejaría finalmente la guerra de trincheras obsoleta, y los miles de tanques que utilizaron en la guerra las fuerzas británicas y francesas realizaron una contribución significativa.

Los resultados iniciales con los tanques eran variados: los problemas de fiabilidad (y la impaciencia del alto mando) causaban un desgaste considerable en combate. El despliegue en pequeños grupos también disminuyó su valor e impacto táctico. Las fuerzas alemanas sufrieron el choque y carecían de armas contra los tanques, aunque descubrieron la munición antitanque y el uso de trincheras más anchas para limitar la movilidad de los tanques británicos.

La evolución de las condiciones en el campo de batalla y la falta de fiabilidad continuada forzaron a los tanques aliados a continuar desarrollándose durante el resto de la guerra, produciendo nuevos modelos como el Mark V, que podía abrirse paso ante obstáculos grandes, especialmente trincheras amplias.

Alemania dispuso de una pequeña cantidad de tanques, principalmente capturados, durante la Primera Guerra Mundial. Sólo llegaron a producir aproximadamente veinte tanques de su propio diseño, el Sturmpanzerwagen A7V.

Cabe destacar uno de los intentos más conocidos de la fabricación de tanques de la Primera Guerra Mundial: el Tanque del Zar ruso. Tenia un diseño muy particular y era más bien poco práctico, solo se desarrolló uno y falló en las pruebas.
Réplica del Tanque del Zar

H.M.G

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