Una vez hubo un imperio donde no se ponía el sol, un imperio que no
entendía ni de razas, ni de culturas, un imperio que a día de hoy, ha sido el
más grande que haya existido en la historia de la humanidad: El Imperio
Español.
Un imperio formado a través de sangrientas victorias en batallas militares
de gran amplitud, con ejércitos comandados por brillantes estrategas al mando
de los famosos “Tercios”, uno de esos comandantes, es el Gran Duque de Alba,
Don Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel.
Proveniente de la familia más representativa de la nobleza española, los
títulos que acaparaban eran múltiples : lll Duque de Alba, IV Marques de Coria,
lll Conde de Salvatierra de Tormes, ll conde de Piedrahita y Vlll Señor de
Valdecorneja, con Grandeza de España y condecorado con la máxima distinción :
Caballero de la Insigne Orden del Toisón de oro.
Uno de los mejores generales que ha dado la historia, pocos como él pueden
decir que entregaron su vida de forma total y entera por su patria, desde los
seis años ya acompañó por primera vez a su abuelo Fadrique, del que heredaría
el titulo ducal en 1513, en la conquista de Pamplona.
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Imagen del Gran Duque de Alba |